Pajaritos
por aquí, pajaritos por allá, todos a volar la, la, la… Llego la primavera y con
ella han vuelto a tomar fuerza los brotes verdes que en su día popularizó un
presidente del Gobierno al que todavía no se ha hecho justicia. De nuevo
Canarias ha batido récords y de nuevo han empezado a ponerse fechas en el
calendario.
Los
días se han vuelto más cálidos y apetece disfrutar del mar. Ese es, pese a los
anuncios, el único cambio real del Archipiélago, pues informaciones como la
gran afluencia de visitantes extranjeros o la próxima apertura del hospital del
sur se asemejan más a aves salvajes que surcan el aire que a mansos animales
que se pueden controlar.
Prácticamente todos los medios de comunicación
recogían a principios de semana que Canarias
encabezó la captación de visitantes extranjeros con la llegada de más de 3,1
millones hasta marzo. Que vengan cada vez más turistas no es, sin embargo, más
que un espejismo que a bien pocos beneficia.
Las
Islas se mantienen como una de las regiones con mayor tasa de desempleo no ya
de España, sino de Europa. Lo único que se crean son puestos estacionales, que
además conducen a la precarización de los servicios que se ofrece al visitante
y, a la larga, podría matar la gallina de los huevos de oro.
No
trabaja igual un empleado con un buen contrato que aquel al que sólo se
requiere durante un periodo de 15 días, y nada tiene que ver con la
profesionalidad del contratado, pero sí con el conocimiento del trabajo, de la
clientela, la tranquilidad, la calidad de vida y muchas otras buenas cosas que
desgraciadamente se están perdiendo en este país.
Y
aquí se pierde, en gran medida, porque no se tiene claro o no se defiende como
debiera el modelo turístico del Archipiélago. Los negocios siempre ganan la
partida en este y en todos los campos, provocando realidades tan tristes como
las carencias de servicios sanitarios públicos que todos pagamos por igual,
pero que no todos reciben de la misma manera.
Más
de medio millón de personas viven en el sur de la Tenerife, que además recibe
millones de turistas, pero que hace más de 20 años que espera, sin que aún sea
una realidad la puesta en marcha de un hospital.
Estos
días los políticos han vuelto a poner fecha a la desaparición de los barracones
tercermundistas donde se presta atención especializada. Se anuncia el cambio
para principios de 2015, fecha no muy concreta que casi con seguridad se
acercará a las próximas elecciones. Así que, lo dicho, pajaritos por aquí,
pajaritos por allá, pajaritos electorales la, la,la.