Un
país que no tiene cabeza y que tampoco tiene pies. La vivienda es un derecho y
robar un delito es, pero todo es relativo y depende de quien se es. No es lo
mismo ser un pobre que de rica familia ser, ni saber hacer las cosas como saberlas
vender.
Si
trabajas para pagar tu casa, tu empleo y tu casa puedes perder, pero si naciste
entre algodones siempre es posible interceder. Poderoso caballero es don
dinero, que hace de lo malo bueno, también en los gobiernos sin gobierno y en
las luchas de poder.
Instituciones
que dan sentido a la democracia, aunque al pueblo no lo huelen, ni lo escuchan,
ni lo ven. Hacen falta opiniones, pero mejor callarse, no sea que te den. Manifestarse
es arriesgarse a algún palo llevarse o el calificativo de golpista ganarse,
porque aunque muchas leyes ves, casi todas funcionan del revés.
Se
castiga al pequeño y al grande se deja hacer, se rescata a los banqueros y se
abandona a los obreros. Al que poco tiene se le exige claridad y a las cuantiosas
fortunas las ampara la oscuridad.
Se
privatiza la educación, pero se exige formación y se defienden servicios de
calidad, pero se recorta en sanidad. Se pretende generar empleo, pero se abarata
el despido, se reducen los salarios y los impuestos han subido; se cambia la
indemnización y se defiende la simulación.
Y
llegados a este punto no te esfuerces en comprender, guarda las apariencias,
habla poco y haz sólo lo que te ordenen hacer, no olvides que, aunque famoso en
por su cocina, en este país son ya muchas las familias que no tienen ni para
chacina.
Si
prefieres, pese a todo, apostar por la justicia y defender tu dignidad; si tu
sangre es sólo roja, no cazas elefantes ni esquías en Canadá, si no tienes
cuentas en suiza y llegas justo a fin de mes, si eres un idealista, un perro-flauta,
nada tienes o piensas qué más puedes perder, ten siempre presente que, aunque echemos la culpa a la crisis, España es lo que
es.
Recuerda
que somos únicos donando órganos y también como pueblo llano; tenemos los
toros, la paella o el fútbol y, además del silbo gomero, el idioma castellano.
Tenemos el tren de alta velocidad, el descuento de residente, El Quijote y
aeropuertos para aburrir… Nada como repasar lo hecho para levantar el ánimo y
reír.
Eres
más listo de lo que crees y más fuerte de lo que piensas; la suerte es la gran
anhelada y, aunque tú no te lo creas, exportamos la generación más preparada; tenemos
a Fofito y, por supuesto, el Campofrí(t)o.