Sha la la la la,
oh, oh, oh. Sha la la la la, oh, oh, oh… Mi madre cantaba esta canción mientras
lavaba la ropa. El agua con jabón desbordaba la pila y yo, que sólo tenía 5
años, tarareaba con ella: Un rayo de sol,
oh, oh, oh, me trajo tu amor, oh, oh, oh.
El
reciente ascenso del Club Deportivo Tenerife, y no los datos aparentemente
positivos del paro - que en Canarias no lo son, pues aquí seguimos subiendo -,
nos ha devuelto un poco de esperanza y me ha recordado aquella canción: Un rayo de sol, oh, oh, oh, a mi corazón,
oh, oh, oh. Llegó y me dio tu querer, que tanto y tanto busqué y al fin tendré.
¡Gracias
Tete! A falta de pan, buenas son tortas y pan, lo que se dice pan, más bien
poco. Lo único que hay y cuesta mucho encontrarlo es empleo barato y precario,
además de lumbreras que defienden la reducción de un salario mínimo en España
ya bastante bajo, y con el que resulta imposible vivir.
Pagar
645 euros al mes le parecen mucho dinero al gobernador del Banco de España,
Luis María Linde – del que no puedo decir cuántos millones gana – y también a
la expresidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP de Madrid,
Esperanza Aguirre, que dice que se ha ido, pero no deja de dar la lata.
No,
si a este paso volvemos a la esclavitud, que creíamos erradicada en nuestro
“primer mundo”. Trabajar por el sustento parece ser el final de este escarpado
camino, en el que ni el descenso del desempleo en mayo es motivo de alegría.
El Gobierno nos ha
contado esta semana que a nivel nacional el número de parados bajó en 98.265 personas respecto a
abril, registrando su mejor dato de este mes desde 1996. Destaca, asimismo, la
tercera caída consecutiva, de modo que somos “menos de 5 millones” – 4.890.928
– los españoles sin trabajo.
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