Soy del
Sur, que siempre se sitúa en la parte baja de los mapas. Puede que por esa
razón cometiera aquella torpeza la primera vez que me enfrenté a una
representación de España. Yo buscaba mi pueblo, Granadilla, pero lo más
parecido que encontraba era Granada, y no entendía por qué.
Era tan
pequeña que ni siquiera se había establecido el Día de Canarias, que hoy cumple
30 años, pero yo me empeñaba en desentrañar aquel papel en el que sí reconocía los colores. “Azul, rojo, amarillo,
marrón… ¿Y dónde está Granadilla mamá?” pregunté después de un rato.
Ella me
explicó que aquello era España. No se trataba del mapa de mi tierra, aunque,
por supuesto, yo soy española. “Tú vives en Canarias, un conjunto de islas”, me
dijo. Pero, lejos de despejar mi mente, aquello me causó nuevas dudas, porque
mis Islas se dibujaban debajo de Baleares, que tampoco resultó ser su lugar.
Canarias
está en el Atlántico, cerca de África, y eso los escolares lo aprendíamos más
tarde. Afortunadamente, no creo que hoy ningún niño tarde tanto en descubrirlo.
Ahora incluso celebramos el Día de Canarias y debemos sentirnos orgullosos,
pero no satisfechos.
La lucha
emprendida por los gracioseros – esta misma semana entregaron en el Cabildo de
Lanzarote más de 4.000 firmas, a las que se suman otros 1.277 apoyos recabados
por Internet y 3.500 rúbricas presentadas en su día en la oficina municipal de
aquella Isla - es una clara muestra del desconocimiento sobre la realidad
canaria.
Hay cerca
de 9.000 personas suscritas a la iniciativa para que se reconozca oficialmente
a La Graciosa como la octava isla, pero ¿no deberíamos estar todos? Si bueno
fue y es nuestro Estatuto de Autonomía, no por ello carece de errores, pues este
Archipiélago lo formamos no siete, sino ocho islas habitadas.
Y esta
región tiene una historia, que antes ni siquiera se mencionaba en los libros,
como también tiene derechos, los mismos derechos que el resto de las
comunidades autónomas españolas, donde desgraciadamente todavía pervive la
imagen de las Islas como un territorio exclusivo para las vacaciones.
Es tanta
la ignorancia o la maldad que el Gobierno central alude a “presuntos fraudes”
con los que pretende negarnos el descuento de residentes; reduce inversiones en
carreteras insulares, pero promueve los trenes en la Península, y da
importancia a la unión de Europa, sin darse cuenta - o tal vez sí e impone un
castigo - de que la unidad debe empezar por uno mismo.
¡Feliz Día de Canarias!
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