El
presidente del Gobierno canario nos ha regalado esta semana otra de sus
maravillosas perlas; palabras que le salen por la boca y que a todos nos
gustaría que se convirtieran en hechos, logros que lamentablemente nunca se alcanzan.
Fue en la World Travel Market de Londres y yo me acordé de Marco y su mono
Amedio.
Bueno,
en realidad, fue mi compañera Gema la que me sugirió el símil, pues nada más
pensar en turismo le vino a la mente aquel niño que en cada capítulo de su
historia emprendía un nuevo viaje, como un nuevo viaje a Londres emprendió
nuestro máximo representante, en este caso en busca de la mejora del turismo y
la economía regional.
Ya
en la capital inglesa el gobernante nos ha anunciado que se pondrán en el
mercado financiero 1.000 millones de euros, para que los empresarios turísticos
puedan acometer proyectos de modernización, cosa que de verdad me gustaría
creer, pero la empresa se me presenta tan difícil como la del pequeño Marco en
busca de su madre.
La
realidad económica, marcada no sólo por la escasez de recursos sino también por
la negativa de las entidades crediticias a conceder nuevos préstamos, me
inclina hacia la desconfianza, alimentada también por incumplimientos como el
relacionado con otra bondadosa medida anunciada en el mismo marco hace ahora un
año.
La
anterior edición de la feria internacional de turismo llevó al dirigente
nacionalista a afirmar que el turismo iba a permitir crear miles de puestos de
trabajo y, sin embargo, el paro no ha
parado de crecer. Los datos del mes de octubre que acabamos de conocer
confirman la negativa tendencia.
Rivero,
pese a todo, insiste en que el turismo en Canarias goza de gran solidez, y en
verdad resulta evidente que estamos recibiendo más viajeros que nunca. Basta
acercarse a cualquier centro turístico para comprobarlo. Es más, las
previsiones para los próximos meses apuntan igualmente hacia el optimismo.
Se
habla ya de un incremento del 27 por ciento en el último trimestre de este año
con respecto a los visitantes recibidos en el mismo periodo de 2012, y a los
que, por ciento, haríamos bien en ofrecer un mejor trato. No obstante, las
tasas de ocupación canaria no mejoran.
Sea
por anuncios que no se cumplen o sea porque los supuestos beneficios no se
extienden al conjunto de la sociedad, lo cierto es que en este sector bien
podemos aplicar aquello de “mucho ruido y pocas nueces”, o lo que es lo mismo,
mucho turismo y poco trabajo, muchas palabras y pocos hechos ¿Cuántos capítulos
más le quedan a Marco?
No hay comentarios:
Publicar un comentario