“Había
una vez un rey que tenía tres hijos…” Ella empezaba a hablar y mi hermana y yo
la mirábamos boquiabiertas, embelesadas por las palabras que salían de su boca
y aquellas historias fantásticas con las que fuimos creciendo y que, sin duda,
han influido en nuestra visión del mundo.
Los
cuentos entretienen, despiertan la imaginación y hasta transmiten conocimientos,
pero finalmente son sólo eso, cuentos de los que se puede sacar alguna
enseñanza. La realidad pocas veces se asemeja a los cuentos, mucho menos a
aquellas maravillosas historias que me gustaba escuchar de pequeña.
La
realidad tiene mucho más que ver con el estudio de la Fundación Bancaja y el
Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas que se ha publicado esta
misma semana, en el que se muestra que los seis años de crisis transcurridos
desde 2007 hasta 2013 han provocado en Canarias que el índice de pobreza humana
haya crecido un 12,4 por ciento.
El
incremento de nuestra región es siete veces más del que ha registrado en el
conjunto de España, y sólo lo supera Extremadura, que ha sufrido un repunte del
15,5 por ciento. Pero es que, además, en Canarias, el paro de larga duración ha
crecido un 554,7 por ciento y las familias del Archipiélago disminuyen su gasto
en alimentación.
Hay
menos dinero y se recorta también en comida. Según otra de las noticias
difundidas esta semana, las Islas han disminuido un 13,7 por ciento su gasto en
alimentación entre 2010 y 2013, lo que sitúa a nuestra región como la de mayor
descenso nacional. Esa es la realidad, pese a que haya mucha gente empeñada
hacer como que mira, pero vive con los ojos cerrados.
El mismo
día en que se dieron a conocer los datos apuntados, Juan Carlos I firmó la ley de abdicación por la que cedió la Corona
a su hijo. El principito ya es rey y nada tiene esto que ver con el niño sabio
de otro planeta protagonista de aquel cuento popular magníficamente escrito.
La ley de abdicación
entró en vigor esa misma medianoche y Felipe VI llega hoy siendo Rey al
Congreso de los Diputados, donde tiene lugar la proclamación del monarca. Los miembros
de las Cortes Generales y unos 170 representantes institucionales se doblegan
ante un nuevo rey en una sesión solemne bien parecida a las que se celebraban
en la Edad Media.
Solemos decir que el mundo cambia de manera muy
rápida; nos asombramos ante la vorágine de los tiempos pero, ante acontecimientos
como el que hoy centra todas las miradas, la realidad es que uno se pregunta si
realmente han cambiado las cosas y para quién.
No hay comentarios:
Publicar un comentario