Joven y
preparado
¿Si
estamos en 1985 y vivimos el siglo XX, qué siglo se vivía en 1680? La pregunta
era sencilla, pero la monja no sabía contestar. No lograba responder ni cuando
apelábamos a su formación religiosa y le explicábamos que se partía del nacimiento
de Jesucristo para fijar el siglo I.
Ella no
había tenido oportunidad de estudiar y tampoco lo echaba de menos. Se había
consagrado a su dios y al cuidado de los más pequeños que, con la “malicia”
propia de la edad, le hacíamos preguntas para evidenciar su ignorancia.
Poco le
importaba, madre Josefina era feliz con su vida y, sin embargo, tenía claro que
había que estudiar y prepararse para el futuro.
“Los
estudios son una garantía”, nos decía animándonos a centrarnos en los libros de
texto, y un pensamiento similar debe guiar a los miembros de Coalición Canaria
en el Cabildo, aunque desde los tiempos de mi paso por el internado han
cambiado mucho las cosas.
Tenerife
tiene nuevo presidente y sus compañeros de formación política se han esmerado en
resaltar su preparación. "A Carlos Alonso no le han regalado nada",
sentenció Cristina Valido el pasado lunes durante la toma de posesión del
flamante titular de la Institución insular.
Su
predecesor, Ricardo Melchior, también pronunció muchos halagos: habilidad,
estrategia, acción, humildad y, cómo no, formación y conocimientos. Sin
embargo, los tiempos ya no son los que eran. La titulación ya no es garantía de
nada.
A Carlos
Alonso hay que desearle muchos éxitos, por el bien de Tenerife y de todos los
que aquí vivimos, pero muchos se engañan si piensan que para conseg
uirlos será
suficiente con ser joven y preparado - que se lo pregunten si no a los miles de
licenciados universitarios que no encuentran una salida profesional-.
Mes a mes
las cifras del paro se empecinan en un sombrío panorama: el desempleo castiga
con fuerza a una generación que confió en sus capacidades para construirse una
vida. Y, pese a no tener competencias
exclusivas, el alto índice de jóvenes desocupados tendrá que ser una prioridad
para el flamante representante tinerfeño.
La
realidad insular, regional y nacional no son de mucha ayuda para que pueda
convertir en realidad un discurso en el que apostó por reforzar el papel del
Cabildo como motor económico de la Isla. ¡Ojalá lo consiga! Y, en todo caso,
bien es verdad que mejor un presidente preparado, que otro que se deje llevar
por intereses partidistas, empresariales y/o personales.
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