jueves, 7 de marzo de 2013

Cinco millones y subiendo



No recuerdo ningún día en que mi padre o mi madre no tuvieran trabajo. Más bien al contrario pues, aunque tampoco abundaban las oportunidades, siempre cabía alguna alternativa. Incluso hubo un tiempo en que él salía de noche a pescar para de día vender lo pescado, pero aquella era otra época, años en los que el esfuerzo siempre daba frutos y hoy nada es igual.

España ha evolucionado. Nuevas leyes regulan el mercado laboral y, al menos en teoría, garantizan el derecho al empleo. Llegamos así a las últimas reformas del Partido Popular, que ascendió al poder enarbolando la bandera de la lucha contra el paro, y con el que, según los últimos datos del Inem, ya hemos superado los cinco millones de desempleados.

No hay que olvidar, además, que el Inem sólo contabiliza las personas paradas inscritas en el servicio público, pero existen otros datos que suman a todos los que en edad laboral no encuentran trabajo, estén o no inscritos en los registros oficiales. El desempleo supera entonces los 6 millones.

Los hechos son tozudos y, con paraguas como la crisis internacional o interpretaciones tan estúpidas como que ha empezado a frenarse el crecimiento del paro, resulta imposible guarecerse de temporales como los que nos azotan y que nada tiene que ver con la borrasca que acabamos de pasar.  El transcurso de los meses evidencia el alza de lo que se ha convertido en la mayor tragedia para España desde los tiempos de la posguerra.

El hambre y las penurias nos acechan y amenazan con volver. Ya son muchas las regiones, entre ellas Canarias, en las que los parados se sitúan en torno al  30% de la población activa, y cerca de la mitad no cobra ningún tipo de prestación.

Es evidente que la “flexibilidad” o el abaratamiento del despido no han sido, son ni serán soluciones. Si para algo han servido las últimas modificaciones ha sido para aumentar las cifras de personas sin ocupación y, lo que es peor, de trabajadores y trabajadoras a quienes se ha dejado sin horizonte.

Sirva como ejemplo la gran preocupación por la juventud, que deriva en próximos incentivos a la contratación como es la bonificación del 100% de la Seguridad Social para las empresas que contraten a menores de 30 años.  

 

Lo anunció Rajoy en el último debate del estado de la nación y mucho me temo que pueda tener el mismo efecto que sus anteriores medidas, es decir, más despidos, que se añadirán a todos esas otras personas que ya no tienen como mantener a sus familias, tal y como sí pudieron hacer mis padres toda su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario