miércoles, 24 de julio de 2013

Vuelta a las cavernas



“Súbete - le dije a mi hermana –. Hoy vamos a viajar en el tiempo”. Me fascinaba la posibilidad de volver atrás. Sin embargo, siempre supe que aquella fantasía era del todo imposible, o al menos así lo era hasta que el Partido Popular llegó al poder con una arrolladora mayoría absoluta.

Con todas sus luces y sus sombras, resulta imposible negar que con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero España avanzó hacia la tolerancia, la madurez, la modernidad y, en definitiva, hacia ese flamante siglo XXI del que a muchos les gusta presumir.

Todavía recuerdo un viaje a Roma en el que, cenando con un grupo de personas de diferentes nacionalidades, se alababan los ejemplos que daba nuestro país en aquellos primeros años de Ejecutivo socialista. Se autorizó el matrimonio homosexual, se aprobó la ley de igualdad, se rechazaron acuerdos bélicos…

Muchos países se sumaron y se suman todavía a políticas que inició esta nación. Sin embargo, le hemos dado la vuelta a la tortilla. A pasos agigantados nos dirigimos ahora hacia épocas que creíamos superadas, pero que amenazan con volver, sino no están ya aquí, implantadas y creciendo entre nosotros.

No es sólo una cuestión económica, que nos ha hecho retroceder a situaciones de precariedad que no se vivían hace décadas – véase los datos de pobreza y la necesidad de dar comidas gratis en los colegios, también en verano, o atendamos a los números que apunta que ya van ocho trimestre seguidos en los que la economía decrece, colocándonos en la recesión más larga de la historia reciente.

Dradding cavernícolas su mujer por su cabello. Posee un club y están en un entorno prehistórico Foto de archivo - 9155011No, ese es sólo uno de los terribles indicios, al que incluso podemos conceder un pequeño margen si nos creemos aquello que apunta el ministro de Economía sobre “la flor de invernadero” y el posible crecimiento este trimestre. No, hay señales aún peores, señales como la que apunta la frase pronunciada por la ministra de Sanidad para negar la posibilidad de recibir tratamiento de fertilidad a madres solteras o lesbianas: “La falta de varón no es un problema médico”.

Y señales son también el contenido de la nueva reforma educativa, que devuelve poder a la asignatura de religión; la propuesta para que las mujeres deban estar ingresadas durante 24 horas antes de que puedan ser contabilizadas como víctimas de violencia de género, o la reforma que restringe la Ley del Aborto.

Definitivamente se acabaron los tiempos de progreso. Vamos pa’ tras como los cangrejos, hacia una sociedad de ricos y pobres, aupada en el valor del sexo y la religión, una sociedad de antaño en la que el PP es la máquina del tiempo.

 

Blanca Delia García

Reyes, mentiras y corruptos



“¡Venga, no te levantas!”, mi padre me animaba para que fuera a abrir los regalos que me había traído, pero yo no me movía. Me había hecho pis en la cama y tenía tanta vergüenza que no me atrevía a salir de debajo de las sábanas.

 

Puede que a los españoles hoy nos pase algo parecido. No queremos que nos vean, no vaya a ser que nos llevemos un castigo, así que limitamos a tertulias de café o sobremesa un clamor que, pese a todo, cada vez cobra más fuerza. ¡Pero si hasta el PP se dice ya indignado por lo que está descubriendo Luis Bárcenas!

 

Cansada y asqueada de tanta porquería que resuman las instituciones de este país al que pertenezco y del que a veces me avergüenzo, no por la gente corriente de los pueblos, los barrios y las ciudades, cuyas culpas no pasan de meras chiquilladas frente a los grandes desfalcos políticos, sino precisamente por esos gobernantes y el mecanismo sobre el que han construido su dominio.

 

Me temo, además, que ni siquiera soy original, pues el hartazgo es generalizado. Hartazgo por tantas mentiras; asfixiados porque el cinturón se estrecha siempre por el mismo lado, y renegados porque, encima, nos toman por tontos. La crisis ha puesto de moda una austeridad hueca, que no es real y sólo supone más sufrimiento para los trabajadores.

 

Despidos, incrementos de jornada o cuando menos reducciones de sueldo, que aumentan la distancia con las cuantiosas pagas que se embolsan los que deciden, y a los que ni siquiera les tiembla la voz cuando presentan tales acciones como un “ahorro” para las arcas públicas. No cuentan, sin embargo, que luego se ven obligados a externalizar servicios para poder sacar adelante un trabajo que antes hacían, por bastante menos dinero, los empleados a los que se ha echado.

 

No reniego, no obstante, de la política, y no lo hago ni siquiera tras haber escuchado las nulas y vacías explicaciones del presidente estatal ante las acusaciones del extesorero de su partido. No nos culpen a los críticos de intentar derribar un sistema que ustedes han corrompido hasta más no poder.

 

Se requiere con urgencia una profunda y extensa regeneración; un cambio, por el que claman los ciudadanos, y ante el que se empeña en hacer oídos sordos hasta la misma Casa Real.

 

Los cada vez más frecuentes abucheos a los miembros de la “realeza” advierten que España no puede más. Los reyes no nos representan y tampoco lo hace el ejecutivo nacional, parapetado tras una mayoría absoluta ante la que no ha cumplido ni una sola de las promesas que la provocó. ¿Acaso se necesita más?

 

Blanca Delia García

Verdad o consecuencia



Lejos de desaparecer, los juegos, que se consideran propios de la infancia, se mantienen a lo largo de toda la vida, aunque con el paso de tiempo son cada vez en más peligrosos. ¡Que se lo pregunten si no a los actuales dirigentes del Gobierno español, amenazados e intimidados por los manejos del ex tesorero!

 

¿Verdad o consecuencia? El paso a la adolescencia abrió el camino a este tipo de entretenimientos. Nos gustaba sentarnos en corro y preguntar e idear difíciles mandatos. Transcurría un tiempo que prácticamente coincide con la entrada de Luis Bárcenas en lo que hoy es el Partido Popular, antes AP.

 

Era joven y sobradamente preparado, así que pronto se convirtió en parte decisiva de la formación política en la que llegó a ser un poder fáctico. Hoy está en la cárcel y amenaza con hacer caer al Ejecutivo de Mariano Rajoy, no está muy claro aún si sólo con verdades o también con mentiras, pero lo que sí resulta evidente es que ha destapado una trama bastante más que vergonzosa.

 

Imposible evitar la desafección de los ciudadanos y recuperar la confianza en la política; inalcanzable la credibilidad de los actuales representantes públicos, e inadmisible que desde las instituciones generales se sigan pidiendo sacrificio tras sacrificio a la depauperada clase obrera cuando, hayan sido declarados o no, se mantenían, y no me extrañaría que pronto descubramos que se mantienen, sobresueldos que multiplican por mucho los ingresos de una familia media.

 

El ex tesorero había negado hasta ahora la contabilidad paralela de su puño y letra publicada por EL PAÍS hace cinco meses. Pero esta semana El Mundo publicó una parte de los originales de esos documentos, y contó que se los entregó el propio Bárcenas, un gesto que demuestra que ha decidido iniciar una dura ofensiva que afecta directamente a Mariano Rajoy.

 

Poco importa si Bárcenas es o no un sinvergüenza que juega al chantaje con quienes hasta hace nada alimentaba, lo que realmente queda es un asco cada vez mayor y unas ganas inmensas de que de una vez por todas expulsemos toda la porquería, para ver si entonces es posible empezar de nuevo.

 

No es cuestión de evitar denuncias y tapar faltas, a fin de no provocar el descontento y evitar que el ciudadano se aleje aún más de la política, como tampoco sirve de nada el pertinaz y despectivo silencio. Lo que ciertamente se impone es todo lo contrario: acabar de una vez por todas con un sistema corrupto, del que pocos se salvan, y dar paso a una nueva posibilidad, una nueva esperanza para esta triste y enfangada sociedad que entre todos hemos construido.

 

Blanca Delia García

Caballero don dinero



Los domingos por la mañana mi madre calentaba agua; la vertía en un baño de hojalata, y nos bañaba a conciencia. Mi hermana y yo disfrutábamos del placentero momento y nos dejábamos frotar hasta que nuestro pelo brillaba y nuestros cuerpos olían a jabón de lavanda.

La ropa de fiesta ponía la nota final a un proceso regular de aseo que se repetía en todos los hogares de mi barrio y eliminaba la suciedad de la semana. Desgraciadamente hoy nada es tan sencillo. Nos duchamos cada día, pero los rituales de limpieza ya no son suficientes para acabar con la porquería que bajo el paraguas del progreso se ha convertido en dueña y señora de una sociedad mugrienta y adinerada.

Apesta y se perfuma; se limpia la cara con un trapo asqueroso, sobado siempre por las mismas manos, y que ha llegado hasta el Vaticano, un gobierno surgido para servir a los pobres, pero que también tiene banco y en el que también se realizan operaciones ilícitas.

Las informaciones que se publican son escalofriantes. La investigación realizada por las fiscalías de Roma y de Salerno apunta que tras las puertas terrenales del cielo se maneja gran cantidad de dinero, de inmuebles, de acciones y de títulos que, gracias a la opacidad mítica del Instituto para las Obras de la Religión, sigue ofreciendo a sus clientes la misma confidencialidad que el más oscuro de los paraísos fiscales.

Y es que, aunque parezca mentira, y aunque afloren algunos de los culpables - la Agencia Tributaria ha emitido un informe en el que multiplica los millones defraudados por el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, ahora líder en la cárcel de Soto del Real -, aún quedan demasiados espacios en los que siempre se esconden los que más tienen.

La sociedad se derrumba y pocos pilares sujetan ya este mundo manejado a su antojo y sin escrúpulos por los grandes bancos y los grandes dirigentes de los grandes estados laicos y religiosos. Ni siquiera Quevedo sabía cuánta razón llegaría a encerrar su famoso poema sobre el dinero, poderoso caballero que a todos corrompe y a todos cautiva.

Después del baño a mi hermana y a mí nos esperaba otro premio. Mi padre nos daba una moneda para que pudiéramos ir al cine y comprarnos un delicioso bombón de chocolate o un paquete de fritolay, que apretábamos entre las manos, para deshacer las papas y comérnoslas muy poquito a poco, deleitándonos con cada bocado de aquella simple y lejana vida.

 

Blanca Delia García

miércoles, 3 de julio de 2013

Amigos para siempre




¡Mamá, mamá, levántate que se me va a hacer tarde para ir al colegio!  Tenía tres años e ir a clase era mi mayor ilusión. Hoy todavía lo mantengo. No sólo porque nada me parece tan grandioso como aprender, sino porque, además y por encima de todo, se hacen amigos.

 

Sixto, Conchi, Luis o Begoña son sólo algunos de los compañeros que conocí en el curso que ahora termina, y que se quedarán para siempre entre mis amistades. El círculo de conocidos se ha ampliado también con María José, María, Mónica, Nelly, Gustavo y otros cuantos recién “licenciados” en el nivel avanzado 2 de francés.

 

2013 está siendo el año de los idiomas, a veces imposibles de entender hasta dentro de las fronteras del propio país, miren sino a ver quién entiende las noticias económicas con las que nos golpean cada día. Ni siquiera con el inglés, que también me ha traído a Nayra, Espe, Helen, Marina, Bárbara, Juan, Miguel, Alicia, Mary Cruz, Jesús, Ignacio, Tita… y se dice el lenguaje de los negocios, es posible comprender la receta de los gobiernos contra la crisis: recortes e impuestos que asfixian a los más débiles.

 

Ninguna lengua hace comprensible las prácticas poco comunes de la casa real y, póngase en la jerga que se ponga, no hay forma de racionalizar las declaraciones del responsable de relaciones laborales de la CEOE, al que le parecen excesivos los días de permiso fijados por defunción de un familiar.

 

¡Ah, pero no desesperen! Seguro que sí será posible participar del espionaje masivo que envenena la diplomacia internacional y, aunque se cumplan los grises pronósticos sobre la caída del turismo extranjero, en Canarias siempre será necesario hacernos entender y comprender a los visitantes.

 

Un aplauso, por tanto, a la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias – para una buena idea que tiene el PSOE regional, habrá que reconocérsela – por la iniciativa que llevará a abrir los comedores escolares y reforzar los conocimientos de lengua extranjera durante el verano. Lástima que no se valore como debe el esfuerzo de la comunidad educativa.

 

Y otro reconocimiento, este mucho más merecido y sentido, para todas y cada una de esas personas que se han decidido a estudiar idiomas, una práctica que no ayuda a ser de verdad europeos; nos abre la mente, y nos incorpora a una carrera de fondo que se prolongará toda la vida pero que, precisamente por ser tan larga, aporta una inmensidad de satisfacciones.