lunes, 17 de junio de 2013

¡A la cárcel!



¡Cuántas cosas desconocemos cuando somos pequeños! Yo ni siquiera conocía la palabra cárcel y nada sabía tampoco de los políticos. Mi mundo era feliz, y feliz crecí hasta que descubrí cosas por las que quise volver a ser una niña y mantener intacta la inocencia.

Hoy es del todo imposible. El conocimiento lleva a la indignación, que resulta inevitable aunque se intente conservar la esperanza y vivir con alegría. Cada día se descubre un nuevo motivo para el hartazgo; cada día una nueva noticia sobre fraudes, malversaciones, prevaricaciones o estafas.

Injusticias perpetradas desde el poder que injustamente no son condenadas, pues para eso hay recursos y entre ellos la inmunidad parlamentaria, que al parecer podría retirársele al que fuera alcalde nacionalista de mi pueblo, en la actualidad pendiente de un posible juicio por presunta irregularidad en contratos de obras.

Mucho temo, sin embargo, que tampoco en ese caso vaya a esclarecerse nada. En el pasado y en el presente abundan los ejemplos del poder libertador que poseen las influencias y el dinero, dos grandes aliados que a ningún banquero – véase el caso del ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa- o gran político les faltan.

Más bien sucede lo contrario y sino que se lo pregunten a Esteban González Pons, vicesecretario general del PP y afilada espada contra el PSOE, al que no le duelen prendas cuando habla de crisis, de austeridad o de culpables, mientras cobra 1.455 euros al mes de su partido y otros 1.823 euros mensuales del Congreso para costearse una vivienda en Madrid.

Esteban González Pons recibe del PP y del Congreso más de 173.496,41 euros al año, según se desprende de la Declaración de Bienes y Rentas entregada al Congreso, donde no se incluye su retribución como diputado, 60.305,24 euros anuales brutos, ni la compensación para vivienda, que en total suma cerca de 40.000 euros anuales, según ha dado a conocer esta semana Eldiario.es

Pero seamos optimistas. Pensemos que con suerte se cumple aquello de que “el que la hace la paga”. Puede que entonces Jorge, psicólogo en Tenerife II, haga que algún político reconozca su falta; tal vez Marcos, que trabaja en la UTE, le facilite la reintegración social, o que Luis le ayude a recuperar la sonrisa.

Y puede también que descubramos que ningún representante público o banquero cometió graves faltas. Poder se puede, pero antes debemos reconocer que tal afirmación sólo puede ser fruto de una imaginación infantil.

martes, 11 de junio de 2013

Un rayo de sol



Sha la la la la, oh, oh, oh. Sha la la la la, oh, oh, oh… Mi madre cantaba esta canción mientras lavaba la ropa. El agua con jabón desbordaba la pila y yo, que sólo tenía 5 años, tarareaba con ella: Un rayo de sol, oh, oh, oh, me trajo tu amor, oh, oh, oh.

El reciente ascenso del Club Deportivo Tenerife, y no los datos aparentemente positivos del paro - que en Canarias no lo son, pues aquí seguimos subiendo -, nos ha devuelto un poco de esperanza y me ha recordado aquella canción: Un rayo de sol, oh, oh, oh, a mi corazón, oh, oh, oh. Llegó y me dio tu querer, que tanto y tanto busqué y al fin tendré.

¡Gracias Tete! A falta de pan, buenas son tortas y pan, lo que se dice pan, más bien poco. Lo único que hay y cuesta mucho encontrarlo es empleo barato y precario, además de lumbreras que defienden la reducción de un salario mínimo en España ya bastante bajo, y con el que resulta imposible vivir.

Pagar 645 euros al mes le parecen mucho dinero al gobernador del Banco de España, Luis María Linde – del que no puedo decir cuántos millones gana – y también a la expresidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que dice que se ha ido, pero no deja de dar la lata.

No, si a este paso volvemos a la esclavitud, que creíamos erradicada en nuestro “primer mundo”. Trabajar por el sustento parece ser el final de este escarpado camino, en el que ni el descenso del desempleo en mayo es motivo de alegría.

El Gobierno nos ha contado esta semana que a nivel nacional el número de parados bajó en 98.265 personas respecto a abril, registrando su mejor dato de este mes desde 1996. Destaca, asimismo, la tercera caída consecutiva, de modo que somos “menos de 5 millones” – 4.890.928 – los españoles sin trabajo.

 

La mejora del mercado laboral al calor del inicio de la temporada de verano no se ha traducido, sin embargo, en un incremento de contratos indefinidos. De hecho, sólo 7 de cada 100 contratos de mayo fueron indefinidos.

 

España es uno de los países europeos con mayor temporalidad y con sueldos más bajos. Además, el desempleo de largo plazo está aumentando y las personas están cada vez más desanimadas, tal y como ha advertido la Organización Internacional del Trabajo, desde la que también se señala que bajar sueldos sólo conduce a deprimir más el consumo y a que el desempleo siga creciendo.

 

¡Ah, pero tenemos el fútbol y nuestros políticos siguen cantando! Y quiero ser parte tuya, dentro de ti siempre estar, ser quien construya tu alegría y felicidad. Sha la la la la, oh, oh, oh…